Juan Carlos García Alcalá envía este ensayo sobre 2001: una odisea del espacio, de Stanley Kubrick. Ensayo
escrito como trabajo para un curso de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima.
“Como en Hansel y Gretel, dejaron desperdigados
por el universo estos centinelas, que nos guiarán,
a través de una odisea espacial, a conseguir
nuestra tan ansiada evolución...”
Introducción
Pocos directores han logrado ganarse un indiscutible puesto entre los mejores del mundo y de todos los tiempos. Casi ninguno ha tenido tanto control sobre su película, el completo acceso ni la absoluta disposición del estudio donde filmó. Podría pensar en ejemplos como Chaplin, una vez granjeada la fama, o en Welles, al filmar su película más conocida. La MGM no se equivocó en darle semejante prerrogativa a Kubrick.
2001: A space Odyssey es una película totalmente adelantada a su época, filmada con impecable técnica y que revolucionó la narrativa audiovisual. Kubrick financió gran parte de los efectos especiales (algunos encargados a la NASA) con su propio dinero. Los Shepperton Studios le fueron dados casi por completo; una libertad rara vez vista, como ya mencioné. La película excedió por mucho el presupuesto inicial y demoró unos años más de lo previsto en estrenarse. Hubo algunos cambios a última hora en la edición y fue en estos, que Kubrick mismo exigía y personalmente supervisaba, en los que la película adquirió su perfección técnica y su poderosa claridad narrativa.
En el presente ensayo presentaré una posible lectura e interpretación filosófica, acompañada de un análisis estético, sin el cual sería poco comprensible mi punto de vista y dejaría mis ideas flojamente sustentadas. Este trabajo es producto de mi investigación, que empezó (sin darme yo cuenta) desde el primer ciclo, cuando devoré ávidamente todos los libros de la biblioteca de la universidad acerca de 2001 y sobre la vida y obra de Stanley Kubrick. Ahora veo que la lectura de aquellas hojas, que algún día me ofrecieron sublime satisfacción, y por las cuales sentí profundo interés y apasionada sed de investigación, me son muy útiles para producir el ensayo, que redacté cursando el cuarto ciclo para el curso de Estética (2007-1); y, ahora, cursando el quinto, reviso y aumento con sincero entusiasmo. Espero que sea tan de su agrado como lo fue para mí redactarlo.
Sinopsis
La brillante obra maestra de Stanley Kubrick consta de 4 capítulos y 141 minutos. Apenas 40 son de diálogo: la película habla a través de imágenes y música. Comienza en el África hace 4 millones de años. El primer capítulo corresponde a los hombres-simio que habitan ahí. Se alimentan básicamente de una dieta herbívora y conviven en paz y armonía con los animales. Una mañana, al despertar, notan la aparición de un gran monolito negro, aparentemente inerte, en la puerta de su guarida. Moonwatcher, líder del grupo, se acerca y lo toca (en el guión dice que también lo lame) sin ningún aparente resultado. A esto le suceden varios cambios en el comportamiento de los hombres-simio. Descubren sin darse cuenta el uso de las herramientas; su evolución. Cómo nosotros dominamos el mundo con ésta ventaja. Así es como cometen el primer acto racional: matar animales para comérselos crudos y asesinar al líder del otro grupo de hombres-simio por la disputa del charco de agua, de importancia vital para su supervivencia.
Y empieza el segundo con la mejor elipsis de la historia del cine, Kubrick hace un salto de 4 millones de años, hasta 1999. El doctor Heywood Floyd viaja a la Luna para una reunión donde se discutirán algunos temas. El más importante es el descubrimiento de un monolito igual al de la Tierra, también de manufactura perfecta, enterrado unos metros bajo la superficie lunar que creaba una anomalía magnética en el área. La noticia dada a las gentes es que ha habido una epidemia: desinformaron a la población para que no haya una alarma general o un shock cultural debido a la confirmación de la existencia de vida extraterrestre. El momento de la fotografía de los viajeros espaciales junto al monolito coincide con la llegada del primer rayo solar. Cubierto bajo tierra durante años, al recibirlo, emite un chirrido penetrante y agudo que obliga a los viajeros espaciales a cubrirse inútilmente los cascos con las manos.
El tercer capítulo se lleva acabo en el espacio exterior, muy cerca de Júpiter, 18 meses después, en el año 2001. Se presenta a HAL 9000, computadora que esta encargada de todas las funciones vitales de la nave y que es incapaz de cometer errores. Su nombre corresponde a las siglas de Heuristically programmed ALgorithmic computer. Dentro de ella, tres tripulantes se encuentran en hibernación y serán despertados al llegar a su destino (aún desconocido). Dos de ellos se encuentran despiertos: Poole y Bowman, quienes hacen monótonos trabajos de rutina, verificando que todo siga en orden. HAL diagnostica el posible fallo de una pieza localizada al exterior de la nave. Bowman la extrae y la analizan. La pieza está en perfecto estado, lo que deja entredicho la fiabilidad y perfección de HAL. Una computadora gemela, en la Tierra, diagnostica el fallo de HAL: la computadora ha incurrido en error, lo que pone a los astronautas en alerta.
Planean desconectarla y continuar con la misión. Prevén cuidadosamente que HAL no los escuche, pero ignoran que también sabe leer los labios y con una cámara que funge de ojo, descubre su plan. Poole, al reponer la pieza, es muerto por HAL mediante el uso de un vehículo robotizado con brazos. Bowman se da cuenta de esto y sale a su rescate. Adentro, HAL mata a los 3 tripulantes y no le permite el reingreso. Le explica que los humanos son un factor que pone en riesgo la misión, son totalmente dispensables y, como es un computador perfecto, no puede poner en riesgo la importante misión, así que decidió eliminarlos. Bowman reingresa por una puerta falsa y desconecta a HAL, entonces una grabación hecha antes de la partida, le informa a Bowman que la verdadera misión es la búsqueda del destino o destinatario de la señal emitida por el monolito de la Luna.
El cuarto y último capítulo es el más enigmático y el más abierto a interpretaciones: muestra a Bowman en el pequeño vehículo orbitando los satélites de Saturno. Aparece el tercer monolito y, en una extraña escena, queda alineado con los planetas y el Sol y llevan al astronauta por un viaje espacial, cósmico, psicodélico, lisérgico, interespacial, a otra dimensión, en donde el tiempo y el espacio son solo una invención de la literatura, al igual que Dios. (Borges dixit.)
Después del viaje especial, se ve dentro de una habitación moderna y antigua a la vez; clásica y vanguardista: totalmente atemporal. Se ve a sí mismo parado al frente de sí, con el traje espacial. Luego la cámara adopta su visión y se ve a sí mismo nuevamente, pero esta vez más viejo. A continuación se ve a sí mismo sentado, cenando. Después, en su cama, viejo y agonizando. A ésta secuencia de raras escenas le sigue una que me hizo recordar un pasaje del libro Así habló Zarathustra, de Nietzsche: cuando el titiritero cae y, moribundo, estira la mano como intentando alcanzar a Zarathustra, quien va a su consuelo. La escena de la que hablo es cuando Bowman, viejo y moribundo, estira la mano, intentando alcanzar inútilmente el monolito de piedra, increíblemente localizado dentro de la habitación. Esta escena es tan brillante que roza lo absurdo, como todas las grandes cosas: Dios, la existencia y el amor.
Luego, la cámara se mueve hacia adelante en un travelling y en la siguiente escena nos muestra a un feto en la cama, envuelto de una brillante placenta, en el lugar donde estaba echado Bowman. Podemos afirmar, por los ojos azules, que se trata de él. Luego, con la imponente, tosca y disciplinada música de Richard Strauss, Así Habló Zarathustra, nos muestra al niño de las estrellas en el espacio exterior; en segundo plano, a la Tierra. Toda esta secuencia tiene el mismo fondo musical y termina justo cuando rompen los violines, que es cuando Zarathustra hace su mayor revelación: “¡Dios ha muerto!”.
Análisis
Un grupo de seres extraterrestres de inteligencia superior, observó a los hombres-simio y decidieron darles un empujón en su proceso evolutivo, aventajándolos con algo que los iba equiparar a los fuertes osos, a las rápidas chitas y a los venenosos insectos. Incluso darnos absoluta ventaja para dominarlos: la razón. El monolito la representa y es el factor desencadenante de su evolución. Brillante y sutil crítica a la razón: fue un accidente, fue por alguien externo a nosotros que somos como somos. Kubrick asesta el golpe al orgullo humano en el mismo punto en el que lo golpeó Copérnico (al decir que no somos el centro del universo); Darwin (al demostrarnos que no somos creación de Dios, sino una raza evolucionada de monos); Freud (al demostrarnos que somos en gran parte como animales y nos dominan las pulsiones instintivas: sexo y violencia).
El monolito es un centinela (nombre de la novela de Arthur C. Clarke que inspiró a Kubrick para el guión) que le informará al siguiente, llegado su descubrimiento, que el hombre ha alcanzado el nivel tecnológico e intelectual necesario. La razón determina la manera de vivir de esos hombres-simios, haciéndoles descubrir el uso de la herramienta. Con ella pueden matar animales, comérselos crudos (magnífica idea) o pueden asesinar a quien representa una amenaza (idea más sensata aún). Es así como matan animales, se vuelven carnívoros y asesinos, mataron al líder del otro clan de hombres-simio, confinados al olvido y a la desaparición de su raza por la selección natural.
Ya en conciencia de lo que hacen, y habiendo conquistado el uso de las herramientas, la otra parte de la historia es conocida por todos... Entonces Kubrick hace un despliegue de su genio desbordante e increíble olfato creativo y nos regala una de las escenas más sublimes de todas las películas que he visto: la elipsis del hueso lanzado al aire y su transformación en una nave espacial. Genial.
Floyd asiste a una soporífera reunión en donde tratan los temas ya mencionados. Entonces, sin perder tiempo, se dirigen a la Luna. Y los humanos somos tan banales y nuestra existencia tan nimia (sentido que le quiere dar Kubrick) que no discuten sobre la prueba irrefutable de la existencia de vida extraterrestre y de inteligencia superior, no. Discuten sobre los emparedados espaciales y lo parecidos que son a los reales.
Una vez en el terreno de la excavación, y para acentuar más la crítica, los astronautas no fotografían al monolito, sino que se toman fotos con él. Como vulgares turistas visitando un lugar banal, tomándose mundanas fotografías. El segundo monolito, localizado unos metros debajo de la superficie lunar, producía una anomalía en el campo electromagnético del área, a pesar de estar cubierto por tierra, lo que llamó la atención de los científicos. Esto llevó a las excavaciones y eventualmente al descubrimiento del monolito. Al recibir el primer rayo solar, una vez descubierto y libre de tierra, éste emite un chirrido dirigido al tercer monolito, localizado en la órbita de Júpiter. Es increíblemente alto y penetrante. No recuerdo largometraje alguno con un sonido tan despreciable. Sublime.
Pues es también un centinela que informa a los extraterrestres de nuestro avance por el espacio y desarrollo tecnológico. Como en Hansel y Gretel, dejaron desperdigados por el universo estos centinelas, que nos guiarán a través de una odisea espacial, a conseguir nuestra tan ansiada evolución, análoga al paso del hombre-simio al hombre: hablo del paso del hombre al superhombre nietzscheano. Este es un punto fundamental en la película.
La siguiente parte de la película es protagonizada por HAL y por Bowman. HAL es una especie de Dios todopoderoso, omnisciente y omnipresente en la nave. Todas las funciones de la nave descansan en él y ni una sola compuerta se abre a menos que él lo indique. La computadora es perfecta y está programada para ser siempre lógica y fiable. Nunca comete error alguno. Esto es importante para comprender el porqué del error de HAL: la misión nunca les fue dada a los astronautas, solo HAL la sabía y debió ocultársela hasta que lleguen a la órbita de Júpiter. Pues, si esta programada para nunca fallar y para ser fiable, ¿cómo esperar que pueda mentir y ocultarles la verdadera misión a los tripulantes? Es en esta contradicción que la computadora desarrolla su enfermedad mental (?) o de programación. Ante esta contradicción en las órdenes dadas, se crea un bucle de Möbius. La cinta de Möbius es una forma geométrica muy curiosa que posee un solo lado. Borges decía que uno la podía hacer con un papel y tijeras. Entonces con esta anomalía, desarrolla megalomanía, paranoia, egocentrismo, etc. Pero, sobre todo, se equivoca en predecir el fallo de una unidad. Al ver el diagnóstico de la computadora gemela en la Tierra: HAL, los astronautas quedan alertados.
Planean así desconectar a HAL. Aunque tomaron muchas precauciones para que no los oiga, HAL lee sus labios y conoce de antemano su plan. Llega a la conclusión de que los humanos estropearán la misión. HAL no permite eso y se cree el único capaz de realizar la misión con éxito, por eso decide eliminarlos a todos. Mata a Poole mientras sale a reponer la pieza estudiada. Bowman sale a su rescate (como HAL previó) y mientras no hay nadie en la nave, mata a los tripulantes en hibernación de la manera más fría que un humano puede morir: barras de colores que suben y bajan y luego se estabilizan. Un nuevo aviso titila: LIFE FUNCTIONS TERMINATED. Magistral.
No permitiría el reingreso de Bowman a la nave y, eventualmente, se quedaría sin oxígeno, muriendo. Pero HAL no previó que él podía entrar por otra puerta. La batalla final entre hombres y máquinas esta por darse: HAL y Bowman; hombre y máquina; creación y creado. Uno podrá pensar que es estúpido o incluso ilógico que algún creador pueda ser vencido por su creación. Pero no es así, Bowman gana la batalla con la herramienta más simple de todas: un destornillador... De la misma forma, el creado, vence sobre su creador y en boca de Zarathustra llegan las noticias: “Dios ha muerto”. (Creador, creado; soñador, soñado... Borges diría con justa razón que sus definiciones convergen semánticamente.)
Entonces mata a HAL y es notificado de la verdadera misión. Una vez desecho el vínculo entre el hombre y sus herramientas, Bowman, en nombre de toda la humanidad, hace el paso entre hombre y superhombre. Se encuentra cara con el destino y “evoluciona”. Bowman sale a recorrer el espacio exterior con su pequeña nave. Ve al tercer monolito flotando libremente por los alrededores de las órbitas de los satélites de Júpiter y este queda alineado con los planetas y el Sol, símbolo del Zoroastrismo, religión que fundó Zarathustra. Entonces, los extraterrestres permiten la apertura de un portal cósmico a otras dimensiones o a otras partes del universo. El viaje es más lisérgico y despampanante que espacial y cósmico, en él, Bowman se desprende de su cuerpo y muere, pero por una buena causa: se inmoló por toda la vulgar humanidad y su anhelada evolución, pues Übermensch, no significa superhombre, sino humano superior, lo cual nos incluye a todos.
Bowman termina el interesante viaje en una habitación atemporal que representa el estado mental o los deseos del sujeto; fue sacada de sus ideas de comodidad. Otra teoría explica que las ondas de radio y televisión que recién llegan a los extraterrestres hacen que éstos crean que Bowman estará cómodo en ese ambiente, así que lo “reconstruyen” para él. Sea como fuere, Bowman se ve envejecer rápidamente (pues no hay tiempo); la copa se cae y se rompe: una simbolización de la muerte: el contenedor se rompe, el cuerpo muere, pero lo importante queda, el vino, el alma. Entonces el monolito regresa, hay teorías que lo equiparan a Dios, yo prefiero pensar que es una alegoría a la razón. Y por qué no decir que son lo mismo... Porque Freud, gracias a la razón, descubrió estrechos vínculos entre Dios y el superyó y fue gracias a la razón que el hombre empezó a deificar los elementos y los desastres naturales.
Aparece el monolito y Bowman muere, desaparece y evoluciona. Y éste nuevo hombre, el humano superior, renace y regresa a la Tierra, como la última escena nos lo indica. Una vez leí: “2001: una película criptonietzscheana”. Es que resulta indudable la fuerte influencia nietzscheana en ésta película, que por cierto está entre mis favoritas (como ya lo habrán notado) y entre las más enigmáticas que he visto junto a 8 ½ de Federico Fellini. Los conceptos nietzscheanos de superhombre, eterno retorno, nihilismo, muerte de Dios, etc, están muy presentes. La odisea espacial de Bowman (que significa arquero en inglés) es justamente para evolucionar en el superhombre. 2001 tiene elementos que se repiten al comienzo y al final, entre ellos la música de Richard Strauss, titulada Así habló Zarathustra (señal más obvia no puede haber). La presencia de muerte de ídolos o caída de dioses creados por humanos. La fuerte simbolización que hay dentro de la película, incluidos los que aluden al judaísmo y al zoroastrismo. La ciclicidad del universo, el hecho de que todo vuelva a como estaba antes, también forma parte de la idea del eterno retorno. La forma circular de las naves no es gratuita, hace también clara alusión a ello.
El tema central de la película, además de narrar la aventura de nuestro moderno Odiseo, el arquero, esta acompañada de una fuerte y ácida crítica a la razón humana. Es tomada como algo negativo, no algo de qué jactarse. Es tomada como un accidente, no como producto de la evolución ni la selección natural ni como un generoso regalo de nuestro creador. Satiriza el desarrollo tecnológico al darle atributos humanos a HAL como el comportamiento errático y los juicios estéticos que emite al ver los dibujos a carboncillo y sobre todo al tratar la escena de su muerte con más emotividad que la de los humanos. Critica duramente la actual posición de la ciencia, desarrollo intelectual y tecnológico al poner en evidencia lo parecidos que somos a los simios y cómo nuestras creaciones pueden conspirar para matarnos.
Esta visión crítica, ácida, pesimista y de sutil humor negro, es propia de las películas de Kubrick; las ideas vertidas en la película son en gran medida provenientes o están teñidas de las ideas centrales de Nietzsche. Una película para todos y para ninguno, basado en un libro que revolucionó la manera de decir algo.
Juan Carlos García Alcalá
P.D. Esto me lo robe de acá http://paginasdeldiariodesatan.blogspot.com/2007/12/2001-odisea-del-ensayo-kubrick.html
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